Lucas se sentó en una de las butacas del teatro. Su cabeza daba vueltas sin parar,intentando encontrar un sentido a un asesinato que se le escapaba de las manos como si fuera arena,y a la súbita muerte de un mago en el escenario. Tenía la sensación de hallarse en medio de una pesadilla. Una pesadilla que, a su juicio, estaba durando demasiado. Todo comenzó aquel dia de principios de invierno con el asesinato de María Paracuellos,y desde entonces había ido de mal en peor. Una garra gélida oprimia su corazón desde que,muchos años antes,había entrado en la academia de policía. ¿Como podía haber gente que matase a sus iguales,sin arrepentirse despues,sin tener en cuenta el enorme horror de acabar con una vida ajena?
Se levantó,y miró a Enrico y a Clara fijamente a los ojos. Parecía que los tres se temiesen lo mismo,y sin embargo nadie se atrevía a decirlo,por que eso solo significaba que lo que fuera que estaba pasando solo acababa de comenzar.
-Jefe...-dijo Clara-cree que estemos ante un...
Lucas la interrumpió.
-No lo sé,Clara. No lo creo,pero de ser asi,es algo terrible.
Enrico,todavía con cara de funeral,resumió los pensamientos de todos.
-Podria tratarse de un asesino en serie.
Lucas se mordió la lengua.
-No se,no siguen un mismo patrón,primero la muerte de la cajera aquella,con un ojo arrancado,y despues,la de un mago envenenado. Seria demasiada coincidencia,¿no creeis?
Clara estuvo pensando un rato y finalmente habló.
-Pero las dos fueron letales y rápidas,y en los dos casos,carecemos totalmente de pistas.-De repente la cara de Lucas cambió,y Clara lo miró como temiendose algo-Por que carecemos de pistas,¿verdad?
-Bueno...eso no es del todo cierto-dijo Lucas reprimiendo una sonrisa-Tengo una corazonada con esto que encontré en su camerino-dijo sacando rápidamente la bolsa de plástico en la que estaba el frasco de perfume,y enseñandoselo-,y recuerda que tambien encontramos manchas de sangre en el suelo del armario de la chica asesinada.
Clara suspiró. Lucas siempre solía sorprenderla de aquella manera. En aquellos años que llevaba trabajando con él,los casos siempre daban giros inesperados gracias a su potente mente y a su,por qué no reconocerlo,innegable suerte para encontrar pistas.
Lucas se giró hacia Enrico,y preguntó algo que llevaba en su mente desde que entraron en el teatro.
-Enrico,llevas toda la tarde sin hablar apenas y con cara de funeral,¿que te pasa?
-Nada,cosas personales,no tienen importancia,tranquilos.-dijo,y sonrió francamente, pero una sombra de tremenda culpa cruzó por su rostro. Fue apenas un breve instante,pero Lucas la percibió.
-De acuerdo,entonces,venga,volvamos a nuestras casas,al fin y al cabo,aqui hemos investigado todo lo investigable.
Clara coincidió con el,y Enrico movió la cabeza en un mudo asentimiento. Los ojos del policia italiano aún recorrieron el escenario una última vez,mientras sombríos recuerdos pasaban por su cabeza.
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